

Por CyJ
El viaje de evolucionar es una travesía apasionante, que distingue claramente entre el proceso de innovar y las innovaciones mismas: una innovación es uno de los posibles resultados de innovar, e innovar es el proceso por el que se transita.
Si no tenemos claro esto, sucede con demasiada frecuencia que se abandona el proceso de innovar y se busca el atajo de encontrar directamente las innovaciones.
El camino de innovar se nutre de un profundo aprendizaje sobre un problema, de su exploración y de la diversificación, con el fin último de materializar ideas que generen un impacto tangible y real.
Al abandonar el camino de innovar, la tendencia es a confundir las ideas con las innovaciones. Ideas de bombero, en demasiadas ocasiones, que nos hacen transitar por el “solución busca problema”, haciéndonos perder tiempo y dinero.
La única manera de garantizar el impacto es centrarse en problemas reales. Al enfocarnos en ellos, comenzamos a entender que las innovaciones casi nunca resultan novedosas al principio del proceso.
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